Como si todo esto fuera poco… ayer me vi enfrentando una prueba más en mi vida. Me enteré que mi pareja de hace tres años tuvo algo así como un momento de amnesia el fin de semana pasado e intentó levantarse a otra mina (aparentemente se olvidó que cuando estás con alguien eso no es correcto).
Ahora lo más interesante es que a esta chica yo la conozco y fue ella misma quien vino a decirme (por messenger, no somos tan unidas) lo que había pasado y lo mal que se sentía al tener que decírmelo.
Mi primera reacción fue totalmente fisiológica, el corazón empezó a darme saltos en medio de una taquicardia incontrolable, las manos me temblaban…. No podía ni escribir en el teclado… pero nada más… solo esa sensación de “no control”.
Antes de que me tirara la gran bomba, me dijo algo así como: “mmm… no sé cómo decirte esto”. Y en ese preciso momento me imaginé que podía ser algo así, pensé: “lo vio con alguien”. Y es que uno tiene esa confianza con su pareja… pero las cosas pasan…
Es verdad cuando dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver. Hace tiempo que estamos mal, que el “nosotros” no funciona, y que prolongamos este suplicio por que aún nos queremos (que no es lo mismo que amarse). Que hacen juntas dos personas que son totalmente diferentes, que no disfrutan las mismas cosas y por lo tanto no comparten las pequeñas cosas de la vida, que discuten todo el tiempo, que se empeñan en cambiar al otro… que al fin y al cabo la luchan constantemente en lugar de simplemente disfrutarse.
Por qué es tan difícil terminar las cosas antes de llegar a este punto, y no quiero ser de esas mujeres que justifican las infidelidades, pero siento que de alguna forma nos empujamos hasta acá. Es decir yo me daba cuenta de que estábamos tirando de la cuerda a más no poder y que en algún momento se iba a romper.
Y para ser honesta creo que yo también estaba mintiendo cuando trataba de “salvar” la relación mientras pensaba que la persona correcta para mí, esa persona que realmente te hace querer ser alguien mejor, que saca lo bueno que hay en vos sin intentarlo, que te acepta como sos, sin peros…. estaba en algún otro lado …
Y es que desde que tengo memoria siempre fui una romántica, creo que todos merecemos esa persona que nos haga sentir especial, aquella para la cual somos lo más importante del mundo. Donde hay una correspondencia total, y los actos de amor son desinteresados, donde “dar es dar y no mirar las cartas, simplemente dar”. Aquella persona que te haga reír y al mismo tiempo que sepa darte contención cuando sos un trapo…
Siempre he creído en esto y siempre he soñado con esa persona, lo soñaba antes de conocer a mi novio (pensé que podía ser el) y en algún punto de la relación lo empecé a soñar otra vez. Ahí es cuando me tendría que haber dado cuenta que no iba a funcionar. Que no íbamos hacia ningún lado, que no había futuro para los dos.
Y bueno, como dicen los sabios, las cosas suceden por algo, el hizo algo malo y por eso yo me di cuenta que no nos amamos más, ni yo a él (porque lo siento así), ni él a mi (por obvias razones, aunque él no lo quiera admitir). Y creo también que es por todo esto que no lo odio, ni le tengo rencor (es raro). Tampoco entiendo porque lo hizo, una cosa es pensar, otra actuar. Y además es como si hubiese querido que yo me entere (¿?). Otra vez, son cosas que no entiendo… como tampoco entendí a mi padre.
Es cierto que racionalizar las cosas ayuda a sobreponerse a estas situaciones, más allá de todas las conclusiones… estoy triste, hubiera querido que se terminara de otra forma menos pelotuda.