Hace unos días en un programa local debatían sobre si la vida te da revancha, en otras palabras, segundas oportunidades. Me pareció un tema para hablar y hablar.
Estoy convencida de que hay muchas opiniones al respecto y que muchas de ellas parten del tipo de personalidad que uno tiene. Los que van por la vida con la cabeza en alto y aquellos que se sienten abatidos por la situación en particular y no logran ver las salidas.
Cuando hablamos de segundas oportunidades nos referimos específicamente a aquellos casos donde fracasamos en nuestros proyectos. Ya sea una pareja, una relación de amistad, en el campo profesional. O cuando nos enfrentamos la pérdida de un ser querido y no sabemos cómo seguir sin esa persona a nuestro lado.
Estas cosas pasan todos los días, pero cuando nos toca ser los protagonistas todo es diferente. Como sabemos existe la etapa de duelo para cualquiera de las situaciones planteadas previamente, pero qué pasa cuando no se logra salir de la misma, cuando uno no sabe cómo, y más importante cuando uno no acepta el hecho mucho menos que debe tomar cartas en el asunto para salir adelante.
No creo que alguien pueda transitar estos caminos sin esas personas indispensables en su vida. Aquellos que saben exactamente que decir y qué no decir, o cuando hablar y cuando solamente abrazarnos. Que están siempre aunque por momentos no físicamente pero si en nuestros corazones. Sin la gente que queremos no somos nada, y nos sentimos como nada. Así que claro que son razón imprescindible para estar mejor.
Pero en lo individual creo que no todos contamos con las mismas herramientas para afrontar el fracaso. Hay quienes viven temerosos de fallar, tal vez porque creen no poder sobreponerse si algo malo sucede. Otros se arriesgan demostrando verdadero valor ante las situaciones límites y saliendo airosos de las mismas. Incluso con un sentimiento mayor de autoconocimiento y satisfacción personal.
Yo creo que oportunidades las hay, no una ni dos, sino que las hay. Y está verdaderamente en uno saber tomarlas. Todos debemos darnos tiempo luego de alguna situación devastadora. Tenemos que sanar, y todo es parte de un proceso. Pero debemos ser capaces de volver a ver la luz en algún momento, de hacernos cargo de la situación y de vivir la vida que nos merecemos.
La vida siempre te da revancha. Eres tu quien tiene que darse una oportunidad.
Me encantaría compartir una canción, que ha significado mucho en mi círculo de amigas. Es sobre pedir ayuda cuando uno la necesita, es sobre lo incondicional de la amistad, es una respuesta a quien no puede solo.
Aquí les va…
Estoy convencida de que hay muchas opiniones al respecto y que muchas de ellas parten del tipo de personalidad que uno tiene. Los que van por la vida con la cabeza en alto y aquellos que se sienten abatidos por la situación en particular y no logran ver las salidas.
Cuando hablamos de segundas oportunidades nos referimos específicamente a aquellos casos donde fracasamos en nuestros proyectos. Ya sea una pareja, una relación de amistad, en el campo profesional. O cuando nos enfrentamos la pérdida de un ser querido y no sabemos cómo seguir sin esa persona a nuestro lado.
Estas cosas pasan todos los días, pero cuando nos toca ser los protagonistas todo es diferente. Como sabemos existe la etapa de duelo para cualquiera de las situaciones planteadas previamente, pero qué pasa cuando no se logra salir de la misma, cuando uno no sabe cómo, y más importante cuando uno no acepta el hecho mucho menos que debe tomar cartas en el asunto para salir adelante.
No creo que alguien pueda transitar estos caminos sin esas personas indispensables en su vida. Aquellos que saben exactamente que decir y qué no decir, o cuando hablar y cuando solamente abrazarnos. Que están siempre aunque por momentos no físicamente pero si en nuestros corazones. Sin la gente que queremos no somos nada, y nos sentimos como nada. Así que claro que son razón imprescindible para estar mejor.
Pero en lo individual creo que no todos contamos con las mismas herramientas para afrontar el fracaso. Hay quienes viven temerosos de fallar, tal vez porque creen no poder sobreponerse si algo malo sucede. Otros se arriesgan demostrando verdadero valor ante las situaciones límites y saliendo airosos de las mismas. Incluso con un sentimiento mayor de autoconocimiento y satisfacción personal.
Yo creo que oportunidades las hay, no una ni dos, sino que las hay. Y está verdaderamente en uno saber tomarlas. Todos debemos darnos tiempo luego de alguna situación devastadora. Tenemos que sanar, y todo es parte de un proceso. Pero debemos ser capaces de volver a ver la luz en algún momento, de hacernos cargo de la situación y de vivir la vida que nos merecemos.
La vida siempre te da revancha. Eres tu quien tiene que darse una oportunidad.
Me encantaría compartir una canción, que ha significado mucho en mi círculo de amigas. Es sobre pedir ayuda cuando uno la necesita, es sobre lo incondicional de la amistad, es una respuesta a quien no puede solo.
Aquí les va…