Hace
5 años era otra persona… tenía otro carácter. O tal vez siempre tuve el mismo,
pero no lo había desarrollado, si no que estaba ahí, esperando las situaciones
correctas para saltar al ataque. El detonante? El trabajo. Un hospital, y su
sistema manejado por los que tienen poder… y un serio problema de ceguera o sordera.
Cuando
entré, era feliz… Me sentía parte de algo grande. Trataba de hacer MI trabajo y
absorber lo máximo posible en conocimientos y actitudes para poder cuidar
mejor. La enfermería no es fácil. La visión de muchos sobre la profesión hoy en día sigue siendo la de “la persona que
sigue indicaciones médicas, pincha y da medicación”. Pero no solo que es mucho
más que eso, una profesión independiente en su formación de la de un médico (si
bien ambas se dedican a trabajar con personas y su salud) sino que también es
el frente de batalla. En un hospital, la enfermera (en teoría la licenciada,
pero es una tarea que muchas veces lo hacen enfermeros no licenciados) es la
que gestiona el cuidado hacia cada paciente. Es la que unifica las indicaciones
de cada profesional del equipo que atiende a cada persona (personal médico y no
médico), y las lleva a cabo. Es la que sigue paso a paso el plan de cuidados, y
realiza las conexiones entre el equipo. Es la que responde las 24 horas ante el
paciente. Es la que responde a los médicos y a la directiva en todo momento por
el trabajo en el sector. Cuando las cosas no salen como se espera, no importa
la razón, todos se enojan y a quien se lo plantean?? A la enfermera. Médicos, gerencia
y pacientes.
Ahora,
cuando hablamos de recursos para trabajar como se debe. Para atender como se
debe… ah… bueno. Ahí hay un gran problema. Recursos humanos, personal
capacitado y personal acorde (en número) a las demandas del sector, a la
cantidad de pacientes. Recursos materiales, fundamentales para básicamente todo.
Faltan, a veces las cosas más insólitas… como termómetros (y no hablo de
sectores públicos).
Pero
esas cosas siguen siendo un detalle, cuando lo que falta es el compromiso, la
comunicación y la valorización de la gente que todos los días va ahí y hace su
trabajo. Cuando se plantean los problemas (desde una sala de enfermería hacia
una gerencia de enfermería y del hospital) día tras día en pos de solucionar y
mejorar la atención, y no solo no hay respuestas positivas sino que se genera
una cierta persecución hacia el funcionario, catalogándolo de conflictivo (son
varios en el cartel) la sensación que dejan es frustración, ira, desmotivación.
Conozco
mucha gente que da lo mejor, no lo que puede, no lo que su cansancio y largas
jornadas laborales le permiten, sino lo mejor. Y conozco el del mínimo esfuerzo, y al que no
le importa un carajo. Y es triste ver que no hay valoración hacia el primero,
ni diferenciación entre el trabajo de cada uno.
Y
eso me lleva a cuantos cargos en las jefaturas son otorgados justamente para
hacer que esas diferencias no se noten. Claramente una persona que trata de
hacer bien su trabajo va a demandar que el resto lo haga bien. Pues esa persona
se va a tornar conflictiva. Esa es la triste realidad... El otro el que no le
importa nada y no solicita nada, y dos por tres también se pega una falta sin
aviso, sobrecargando al resto del equipo, ese pasa desapercibido. No jode. Es aceptable.
Probablemente un buen funcionario. (¿?)
Muchas
veces a pesar de todo esto el agradecimiento de los pacientes, o mejor dicho el
valor que le dan a tu trabajo, es lo que hace que valga la pena. Después de
todo, si uno tiene vocación ese gesto es el motor fundamental para que uno siga
haciendo lo que hace. Pero otras veces el paciente no está agradecido, está
desbordado porque siente que no se le ha dedicado el tiempo suficiente, o no se
lo ha escuchado como necesitaba, o no se le ha conseguido tal o cual medicación
o el seguro no le cubre un estudio, o la comida no le gusta, o… o… o…. Y con
quien explota? Y cuando digo explota, no estoy jodiendo. Y vuelvo al concepto
de que enfermería es el frente de batalla. Sabe el paciente que corremos con
poco tiempo porque somos poco personal para la demanda de trabajo? Probablemente
no. No es su lugar plantearse esas cosas, porque paga por un seguro de salud y
busca que lo atiendan bien. Especialmente si en ese momento se encuentra susceptible
por su estado de salud o la de su familiar. Pero… será de enfermería la culpa? “Amablemente”
se les pide que dejen por escrito sus quejas en el centro de atención a
pacientes (se enojan más claramente). Casualmente esos días, no hay un jefe a
la vuelta que dé la cara y haga frente a la situación. Se les llama. Algunos vienen,
otros no.
Pero
cuando las quejas llegan por escrito, siempre las ponen en la cartelera. Y solicitan
se explique por escrito por qué no se brindó el cuidado de forma correcta. No importa
si hace rato venís diciendo que no rinde trabajar así. Seguramente algo hicimos
mal nosotros (enfermería).
Así
que volviendo a lo del carácter, si, es verdad… a veces me desconozco.. Pero
creo que es fundamental tenerlo para moverte en estos ambientes sin abandonar
aquello en lo que crees. Y buscar el equilibrio. Somos parte de este sistema,
nos guste o no. Y no será muy diferente en otro lado. Pero hay cosas en las que
se puede ceder y otras que no. Eso te define, como profesional y como persona. Los
valores, especialmente en estos puertos, son nuestra guía. Y el trabajo en
equipo… fundamental.