No sé si es cierto que el tiempo
cura. Tal vez enseña. Tal vez ayuda a reordenar las fichas. Y aunque sepas que
hay una que falta, y que ayer pensabas que sería imposible seguir sin ella, el
tiempo te dice que tal vez podés.
Ahora, el dolor es el mismo. El vacío se mantiene. Los
disparadores de recuerdos están en todos lados. Cabeza, corazón y lágrimas.
Vuelvo a lecturas previas, esta vez
con un interés personal. No sé si me calma, o solo me interesa la posibilidad
de que sea cierto. Lo comparto, que para eso estoy acá.
-
- He abandonado mi cuerpo. - Su voz era más alta y ronca -. Veo una luz
maravillosa… salen a mi encuentro. Vienen a ayudarme. Personas maravillosas. No
tienen miedo… Me siento muy liviana… - Hubo una pausa larga.
- - Tienes algún pensamiento sobre la vida que
acabas de abandonar?
- - Eso es para después. Por el momento solo siento
la paz. Es un tiempo de consuelo. La persona debe ser reconfortada. El alma… aquí
el alma encuentra paz. Se dejan todos los dolores físicos atrás. El alma está
apacible y serena. Es una sensación maravillosa… maravillosa, como si el sol
brillara siempre sobre una. La luz es tan intensa! Todo viene de la luz! De esa
luz viene la energía. Nuestra alma va inmediatamente hacia allí. Es como una
fuerza magnética que nos atrae. Es maravillosa. Es como una fuente de poder. Sabe
curar. Una está entre sus amigos. Todos están allí. Veo a muchas personas. Algunas
me son familiares, otras no. Pero estamos allí, esperando.
Es un fragmento de “Muchas vidas,
muchos maestros” de Brian Weiss. Recomendado capaz en el momento indicado, me
ha dado mucho en que pensar, aunque hace falta mucho más para saber en que
creer.
A quienes me escribieron… hoy les
digo MUCHAS GRACIAS! Se sintió el cariño… A todos les digo: volví : )