viernes, 23 de diciembre de 2011

Tan triste...

Hoy me desperté y vos ya estabas en mi cabeza. No había pasado un minuto de sentir que empezaba un nuevo día cuando se me cayó la primera lágrima.

No estás mejorando, princesa, y hay una parte de mi que se va con vos en cada mala noticia.

Tan triste que ni el cuerpo lo resiste…

No estoy lista para darme por vencida, no estoy lista para asumir que hay un solo final en este camino tan poco transitado. Y esa familia de oro tampoco lo está…

Supongo que seguiré juntando los pedazos que caen con cada golpe, y seguiré dándote tantos abrazos y sonrisas cada día…



Nuevamente... La Triple Nelson


lunes, 19 de diciembre de 2011

Casi un año...

Casi un año ya de esa noche calurosa, una noche que pintaba de charlas, entre dos amigos que a pesar de conocerse de toda una vida empezaban a conocerse de verdad. Una noche de cervezas y whiskys, de caminatas montevideanas buscando el sitio justo, parando en bares, siguiendo y terminando en un escalón en el barrio cordón…

Una noche a recordar, se dijeron muchas cosas, cosas que no eran secretos, pero no habíamos tenido el valor de reconocer. Yo por ejemplo te dije que creía que había alguien para cada uno, llámesele como se quiera, o más bien que quería creer, que no era algo seguro, pero que tarde o temprano llegaba. Te dije que ni siquiera sé cómo funciona, ni si hay que estar atento o no de que no pase de largo. Y fuiste el primero en saber (nunca lo había mencionado), tal vez me parecía tonto, a vos te pareció!. Me decías, como si miraras a un extraterrestre “esto es increíble!” Pero qué ingenuidad! “y con la convicción con que lo decís, que increíble lo que escucho! Y así seguiste por media hora, mientras yo me divertía con tu reacción, un toque cínica pero entusiasmado con todo el asunto de la chica que decide blanquear de una vez por todas que cree en el amor que crea terremotos. “La noche de las revelaciones” la llamaste entre risas. Te parecía maravilloso y estúpido a la vez. Y me dijiste un par de veces, “eso no existe, pero es genial que lo creas así!!”.

Pensaste que no me acordaba de esa charla, de ese escalón… cuántas cosas salieron a la luz esa noche, amigo! Al menos de mi lado… siempre fui muy respetuosa con el silencio del otro, no pregunto sobre la vida privada, si sobre la vida del otro pero no sobre “la privada” (es algo que mis padres me pasaron sin querer, sin saber…) pero no necesitas que te diga que siempre mis noches van a estar disponibles a revelaciones entre cervezas y whiskys (y los días entre mates bien amargos).

Te adoro!!